De niña me aterraba pasear por las noches. Con el tiempo, el temor ha dado paso a la curiosidad. Hoy es un verdadero deleite emprender un paseo nocturno, sobre todo si se trata de caminar por los agradables y tranquilos senderos que rodean nuestro pueblo: Costur. Un término que aún puede presumir de estar bastante lejos de la contaminación lumínica y acústica que invaden ciertos entornos y condicionan nuestras percepciones.
Y es que de noche, a parte de gozar de la magnífica cúpula celestial que se extiende sobre nuestras cabezas, nuestros sentidos se agudizan: la vista tanto como puede y sobre todo el olfato y el oído. Todo esta combinación nos permite encontrarnos por el camino con ciertas sorpresas.

15.09.2018 – Vista general Oruga Acherontia atropos – Raúl Fortanet Pallarés.
Os invito a descubrir a este aparentemente diminuto ser que deambulaba alegremente como nosotros por el camino. Único en su género por tender a desaparecer de nuestro entorno y precioso paraje: la oruga del Acherontia atropos L. conocida popularmente como la «esfinge de la calavera» y también como la «mariposa de la muerte».
Esta mariposa nocturna seguiría un tanto desconocida por la gran mayoría de nosotros de no ser por una película taquillera de principios de los años 90, protagonizado por Jodie Foster y Anthony Hopkins y que, sin duda, algunos recordarán al ver la siguiente portada de libro.

Portada del libro : El silencio de los corderos.
En ella, el antagonista, Hannibal Lecter, colocaba las crisálidas de las esfinges, símbolo de la muerte, en la garganta de las víctimas. Un verdadero y escalofriante thriller.
Seguramente debido al dibujo que figura en la parte dorsal de su tórax, que se asemeja al de una calavera, se ha considerado al Acherontia atropos L. como una mariposa de mal auguro. Se ha escrito mucho al respecto pero una de las citas más famosas es sin duda la del entomólogo londinense Moses Harris que dijo en 1840:
«Volando en las habitaciones durante la noche a veces extingue la luz, anunciando guerra, pestilencia, hambre, muerte al hombre y a la bestia».
Lo más curioso es cuando indagamos sobre el nombre científico atribuido por Carl Linnaeus. «Atropos». Proviene de «Atropos» y significa inexorable o inevitable. Es un nombre procedente de la mitología griega. Atropos es una de las tres Moiras, más conocidas por los romanos como las tres Parcas. Estas tres mujeres, hijas de Zeus, eran la personificación del destino y controlaban el metafórico hilo de la vida de cada ser humano desde su nacimiento hasta su muerte. Clotho, hilaba la hebra, Lachesis la medía y Atropos era la que cortaba con una tijera este hilo, momento en que el ser humano moría y pasaba al reino de Hades. Atropos tenía su equivalente nombre en romano: Morta, la muerte.

Las tres Parcas o Moiras. Clotho, Lachesis y Atropos.
Tal vez su nombre este más bien relacionado por su asociación con una de las plantas de la cual el Acherontia atropos L. en su fase larvaria se nutre: la Atropa belladona. La belladona es una planta venenosa por contener un alcaloide llamado la atropina que causa la muerte por afectar órganos vitales como el corazón y el tubo digestivo. Fue utilizado desde la antigüedad por su conocido envenenamiento de lenta evolución y de origen indescifrable.

Atropa belladona en flor.
Lejos de dejarnos intimidar por ello y antes de hablar de la oruga, empecemos por hablar de la mariposa. En primer lugar, el Acherontia atropos L. forma parte de las polillas o mariposas nocturnas y concretamente pertenece a la familia de los sphingidae o esfinges.
Esta familia está distribuida por el mundo entero y comprende unas 1000 especies de tamaños que van de mediano a grande. Tienen una estructura robusta que les permite un vuelo extremadamente potente: pueden alcanzar velocidades de hasta 50 km por hora.
El Acherontia atropos L. es una de la más veloces y más potentes esfinges. Tiene una envergadura alar de unos 10 a 14 cm . Es muy fácil de identificar por su llamativa mancha, de color amarillo sobre fondo oscuro, en forma de calavera situada en el dorso de su tórax y a la vista de sus depredadores.

Lámina con diferentes esfinges siendo el 1. el Acherontia atropos L. adulto y el 1a. su oruga.
Su cabeza es bastante grande y de color negruzco o pardo muy oscuro. Sus ojos laterales son algo lenticulares. Tiene dos antenas, relativamente gruesas y cortas, de color más pálido que el resto de la cabeza, incluso blancuzco.
Sus alas anteriores, de unos 7 cm de longitud, tienen una serie de dibujos abigarrados del color de la corteza de un árbol, combinando el negro, el blanco y el castaño con matices de color hierro. Lo cual es un perfecto mecanismo de mimetismo y camuflaje que dificulta considerablemente su localización cuando un espécimen está en reposo. Se observa un diminuto punto blanco en cada ala a modo de ocelo.
Por otra parte, las alas posteriores presentan dos bandas transversales negras sobre un fondo amarillo anaranjado muy llamativo y brillantemente coloreado. Su abdomen es de color amarillo recubierto con anillos negros y unas tonalidades azuladas.
Al desplegar las alas posteriores, la esfinge descubre todos estos colores y se libra de su principal ave depredadora: la carbonera o Parus major. En efecto, el ave al ser sorprendida por este despliegue de colores, el cual recuerda a los del cuerpo de una avispa inmensa, vacila, momento preciso en que la esfinge aprovecha para huir con su rápido e impetuoso vuelo.

Ejemplar adulto – Imago – del Acherontia atropos L.
Estos colores no son nada casuales ya que el Acherontia atropos L. los aprovecha doblemente: en su defensa contra depredadores pero también en su camuflaje, cuando decide proveerse de uno de los más preciados alimentos: la miel.
En efecto, la miel constituye el alimento energético ideal para proporcionar a esta mariposa la energía necesaria para emprender las grandes migraciones que realiza a una velocidad extrema. De no encontrar miel deberá contentarse con libar flores. Como último recurso cualquier fruta madura e incluso podrida resulta ser otra buena alternativa. Por no olvidar la savia de los árboles que también es muy energética.
Pero si hay suerte, después de captar el olor de la miel, la esfinge irrumpe en la colmena justo al anochecer y, valiéndose de su estructura corpulenta y de su peso – de nada menos que unos 9 gramos -, atraviesa las celdas de los panales para alimentarse con el precioso manjar que succiona con su robusta trompa de unos 15 mm de largo.
De todos modos, su entrada en las colmenas es cada vez más improbable dado que, en la actualidad, las que se utilizan en apicultura no permiten el acceso a un ser tan grande como la esfinge de la calavera. Así que nuestros apicultores no tienen nada que temer. Las únicas colmenas a las que optará la mariposa por asediar serán las naturales realizadas en un tronco de árbol u otro.

Acherontia atropos. Detalle tórax con dibujo de la calavera.
Algunos científicos apuntan que el dibujo de la calavera, que se asemeja al aspecto de la cabeza de las abejas, le permite obtener mayor camuflaje entre los habitantes de la colmena. Si miramos sus alas delanteras, la combinación cromática dibuja como unos cuerpos de abejas vistos desde arriba.

Ala anterior Acherontia atropos L.
Otros argumentan que el chirrido agudo y estridente que emite la esfinge desde su trompa expirando el aire, imita al zumbido de la abeja reina y tranquiliza a las abejas. Finalmente, se habla de que la piel del Acherontia atropos L. es tan dura que las picaduras ocasionadas por las abejas no atañan a la esfinge.
No obstante, los últimos y más recientes estudios apuntan que en realidad lo que mantiene a salvo la esfinge, una vez dentro de la colmena, es su olor. Con ayuda de feromonas, emite un olor similar al de la abeja lo que hace que las verdaderas abejas no la perciban como una amenaza. A pesar de ello, algunos manuales mencionan que las esfinges suelen morir bajo las picaduras de las abejas cuando dichos mecanismos fallan.
El Acherontia atropos L. está presente en África y Europa Meridional. Migra hacia el norte dos veces al año: de mayo a julio y de agosto a octubre lo que hace que puedan haber dos generaciones en un mismo año.

Sello de 1997 procedente de Grecia con Acherontia atropos L.
Es una gran voladora, atraviesa el Mediterráneo, las rutas estrechas de Sicilia, Gibraltar, las islas griegas, Asia Menor y puede llegar, si las condiciones climatológicas son propicias, a atravesar parte del Atlántico para llegar hasta Islandia. Recorre miles de kilómetros volando únicamente durante los crepúsculos y las noches. Todo un logro para un ser tan pequeño sobre todo cuando se sabe que el ejemplar adulto tiene una longevidad de unos veinte a treinta y cinco días. Un verdadero récord testimonio de una vida intensa.
Su hábitat llega hasta los 1200 metros de altitud aunque la mariposa prefiere los terrenos de poca altura como los valles protegidos y las laderas cálidas de las montañas de mediana altura ya que requiere calor. Costur es un lugar idóneo para ella y seguramente estos factores nos han permitir gozar de un instante casi mágico.
En gran parte de España y sobre todo en la costa este, la mariposa es sedentaria. Más al norte no logra a serlo debido a que las orugas invernantes mueren en las primeras heladas.
Vistos estos rasgos del Acherontia atropos L. como adulto, podemos adentrarnos en el camino que recorre su ciclo vital tras la migración a unas tierras más prósperas para su desarrollo.
Una vez establecida en la zona idónea para reproducirse, la hembra deposita sus huevos disponiendo un único huevo justo en el envés la hoja de la planta nutricia.
La primera generación de orugas aparece a comienzo de verano y la segunda a mediados de otoño. La oruga tiende a medir de 10 a 12 cm de largo, llegando a los 15 cm en su fase de estiramiento en pleno desplazamiento. Su diámetro es similar al del grosor de un dedo gordo de un ser humano lo cual la hace muy perceptible de día.

15.09.2018 – Oruga Acherontia atropos L. – Raúl Fortanet Pallarés.
Por ello desarrolla diversas variedades cromáticas a lo largo de su crecimiento que le permiten en cierto modo camuflarse sobre las plantas nutricias. Existen tres variedades cromáticas. La primera es la más frecuente y esta formada por un color amarillo limón llegando a veces a un amarillo verdoso con siete estrías laterales oblicuas y azuladas (a veces púrpura), subrayadas ligeramente de blanco. La segunda es de un color verde pálido con las estrías subrayadas de amarillo. Y la tercera, la más difícil de encontrar, es de color pardo con la cara dorsal del tórax blanca y numerosas manchas circulares de color blanco.
La oruga que tan alegremente se cruzó por nuestro camino y que vislumbramos a la tenue luz de la luna corresponde a la segunda variedad descrita. Observándola detenidamente podemos añadir que la piel presenta un aspecto liso, brillante, sin pelo y que en los extremos, correspondiente a la cabeza y a los segmentos finales de su abdomen, predomina el color blanco.

15.09.2018 – Detalle manchas y ocelos abdomen oruga Acharontia atropos L.- Raul Fortanet Pallarés.
Pero la mayoría de su abdomen, a parte de presentar las estrías mencionadas, esta repleto de círculos blancos con en su interior una mancha redondeada negra. En los flancos de todo el cuerpo se observan en cada segmento unos ocelos más grandes que son más evidentes, en las extremidades anteriores y posteriores del espécimen, por la falta de color.
Lo que resulta muy curioso es que si bien esta oruga carece de pelos, tiene un apéndice cornicular postabdominal muy peculiar qui brilla a la luz del flash de la cámara. Este cuerno parece una mini estalagmita excéntrica en el suelo de una cueva o el cuerno de un caballo místico alado.

15.09.2018 – Cuerno postabdominal Oruga Acherontia atropos L.- Raúl Fortanet Pallarés.
En este estado larvario, el Acherontia todavía es muy ágil. Sabemos que este ejemplar es aún muy joven porque, a pesar de su gran tamaño, se desplaza sin dificultad. Su color delata su juventud al igual que su ligereza. La oruga tiene que padecer aún muchas mudas (en total son 4) que finalmente le darán el último color: pardo. Es la tercera variedad cromática antes descrita.
En esa última fase, la oruga ya no puede desplazarse con mucha facilidad por lo que tenderá a permanecer sobre la planta nutricia comiendo sin parar para alcanzar el momento en que se transformará dentro de una crisálida.
Esta última etapa larvaria es de gran peligro para la oruga que es capaz de proteger su vida emitiendo un sonido con sus potentes mandíbulas pasando así a ser la única oruga capaz de producir un sonido audible para los humanos.
Su defensa no se queda solo en emitir un sonido espectacular sino que puede llegar a morder tanto en fase larvaria como en imago. Por lo que: no se sorprendan si deciden coger un ejemplar en su mano. Saldrán indemnes, no lo duden, y no les dolerá en absoluto pero si puede que la oruga les de un buen susto si no están prevenidos.
A nuestra oruga le falta todavía un poco. Cuando llegue su momento, se enterrará en el suelo entre unos 20 cm y unos 50 cm de profundidad, tras haber permanecido fuera uno o dos meses como oruga. Allí se rodeará de una crisálida de color pardo negruzco a rojizo muy brillante, de gran tamaño y muy voluminosa.

Acherontia atropos L. Crisálida.
Al recolectar de forma manual las patatas en el campo aparecen dichas crisálidas. Sin embargo si se recolectan de forma mecanizada es más improbable encontrarlas ya que al pesar de ser resistentes no logran tener la suficiente resistencia frente al hierro y peso de nuestros tractores.
Las plantas nutricias pueden ser muy variadas pero tienen en común ser plantas solanáceas. Son en general venenosas por su alto porcentaje en alcaloides. Algunas de ellas son conocidas por su toxicidad como la belladona (Atropa belladona), el estramonio, la ruda, la adelfa (Nerium oleander), la parte alta de la planta de la patata (Solanum tuberosum). Y muchas otras como las berenjenas, los tomates, las zanahorias, la col (Brassic oleracea), la vid, el olivo, el manzano, el ciruelo, el tabaco, la cambronera (Lycium intricatum), el aligustre (Ligustrum vulagare), el lilo (Syringa vulgaris), la morera…
Nada más queda por decir o tal vez mucho más en otro momento cuando hayamos estudiado con profundidad este sorprendente ser. Tal vez a modo de moraleja añadir que el nombre común de esta preciosa mariposa nocturna es toda una paradoja.
Solo le ha traído más desgracia porque el imago constituye un ejemplar muy codiciado para los coleccionistas de mariposas. Como polilla siempre ha asustado a los campesinos y los apicultores : cada uno de ellos desarrollando la manera más eficaz para su erradicación. Finalmente, los abusos de los pesticidas y la mecanización de los cultivos no han mejorado la situación.
Tal vez esta preciosa mariposa este destinada tal y como lo dice su nombre «Mariposa de la muerte» a su extinción y desaparición. En todo caso espero sinceramente que no. Suerte que algunos de los que amamos la naturaleza, su belleza y su inmensa diversidad, pedimos un poco de cordura para que el equilibrio no se rompa.
Recomiendo lean un artículo de la revista Muy interesante que trata sobre esta interesante mariposa:
https://www.muyinteresante.es/naturaleza/articulo/la-esfinge-de-la-muerte-901486645410
Hoy me encontré una larva en la puerta de mi casa. Y buscando inf. Me encontre con tu articulo. Me encantaron ambos eventos.
Bienvenido. Eso es la parte más bonita de nuestra existencia: sorprendernos al encuentro del algún ser nuevo. Me alegro que te haya encantado encontrar la oruga de la Acherontia atropos L. y que además te haya gustado el artículo. Un saludo.